28 marzo 2007

Mi primer Beso

(13 de diciembre de 2006)

El otro día, cuando mi dragón me ofreció el espectáculo de nosotros - solos - en - el - restaurante - para - decirme - que - ya - estaba- preparado - para - estar - con - todo - este - armatoste - en - el - que - habito - y - acciono - y - que - habitualmente - llamo - yo, esa noche fui a recogerle. Como sucede últimamente llovía sobre Madrid, pero esta vez mansamente, con un llanto de emoción contenida y cálida.

Fui hasta su puerta, atravesando el barrio que no me había atrevido a volver a pisar. Le esperé en el coche expectante, preparándome para lo peor y para lo mejor, preparándome para recibir a la vida con todas sus consecuencias. Entró en el coche inquieto, tratando de mostrarse tranquilo, como si ayer mismo lo hubiera hecho. Me besó en las mejillas y miró de soslayo mi expresión de triste aceptación. ¿Qué pasa? Nada, cosas mía. ¿Qué no te he besado, verdad? Entonces, me besó tan tiernamente, tan profundamente, tan sinceramente como no lo había hecho nadie en mi vida. Fueron tres sorbos lentos de vida, de amor, de reconocimiento. Luego se separó despacio de mí, pero parte de él se fue derramando por mi garganta hasta mi corazón como un vino eterno que va llenando de experiencias la vida.

Quiero contar ese beso y otros mil besos de amante. Besos entre dos. Besos de una vida juntos.

(Hoy mismo)

No recuerdo mi primer beso. Han sido millones de besos. El Big Bang fue un gran beso cósmico. Tener consciencia del primer beso es experimentar la plenitud. Tener consciencia de un beso es tener consciencia de la eternidad. ¿Qué sientes cuando me besas? Yo siento a “la Tierra entera girar”, siento que me das el aliento, siento que la vida es una, eterna, feliz, llena de amor. Siento que mis labios son tus labios, que Dios ha unido lo que el hombre nunca debió separar. Recuerdo ese beso, mi primer Beso, hace sólo diez años. Hacía diez años que había cumplido veinte y tú hacía sólo dos. La luna nos miraba a escondidas detrás de las encinas, mi corazón se escondía en mi pecho a punto de estallar. Nos habíamos conocido dos días antes por un amante común, nos habíamos conocido dos vidas antes por alguna extraña razón que no nos deja todavía reposar. Reposar en un beso, ser conscientes de ese beso. La Tierra amaneció una mañana con un beso y desde entonces no ha dejado de girar…

Señor, no permitas que el hombre separe los labios de su amante, no permitas que otra mañana comience sin un beso.

Amen.

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